martes, 15 de mayo de 2012

La prima de Riesgo y la tía Merkel


La actualidad manda y la prima más famosa del mundo, la prima de riesgo, sigue marcando nuestro destino. Oír hablar sobre esta señora o señorita (la prima de riesgo) es sinónimo de pérdidas económicas, de debacle financiera, de bancos en la ruina, de bonos basura, de desempleo, de activos nocivos, de rebajas de sueldos, de cierre de empresas, del euro, de la Merkel, de tijeras y de los famosos recortes que con ellas se están llevando a cabo por los gobiernos de todos los países que están en apuros entre los que se encuentra España. Aunque se sabe de donde proviene todo este problema económico global no se quiere ir al origen y al causante de esta enfermedad. Se está tratando de curar esta hemorragia con tiritas y  analgésicos que lo único que consiguen es, momentáneamente aliviar, desviar la atención y señalar culpables que en realidad no lo son. Las autoridades señalan a la sociedad con sus dedos acusadores y hacen un diagnóstico que puede llegar a ser creíble pero que si lo analizamos bien es injusto y falso.

Todos sabemos que esta crisis se germinó en Wall street, allí con ese modelo ultra liberal sin control,  donde la especulación es el pan de cada día se plantó la semilla que ha  dado lugar a todos estos males. Juegan con el dinero de los demás, especulan con todo, incluso con el hambre y la vida de las personas y ganan millones de dólares solo con apretar una tecla de sus ordenadores ¿Se ha puesto coto a todo este enjambre de rateros, a estos fondos de inversiones, a todas estas grandes empresas especuladoras que prometían multiplicar los ahorros de muchas personas? Paradójicamente, mientras en el inicio de la crisis los bancos y el sector financiero naufragaba, daba pérdidas y los gobiernos inyectaban miles de millones para reflotar a los bancos,  los consejos de administración de estas empresas ganaban millones de euros y se garantizaban planes de pensiones multimillonarios.

Los principales culpables de todo esto son los gobiernos que independientemente de su orientación ideológica han dado continuidad a este sucio negocio financiero.  Un banco debería ser una entidad para prestar un servicio y no un negocio que mueve miles de millones de euros para unos pocos afortunados. La función del banco debería ser guardar el dinero de los ahorradores, facilitar las transaciones económicas, dar crédito y este tipo de servicios, todo ello controlado por los gobiernos y con unas ganancias justas y reguladas,  obligándoles con impuestos y leyes,  a repartir sus superávits con la sociedad y con la gente necesitada.

En España, primero se negó la crisis, se gastó lo que no se tenía, se perdió un valioso tiempo en el que podíamos haber hecho reformas estructurales para diversificar nuestra economía y llegó la situación en la que nos encontramos ahora. Más de 5 millones de parados, nacionalizaciones de bancos, subidas de impuestos, reforma laboral con recorte de derechos de los trabajadores, rebajas de sueldos, subidas de precios de transporte, luz, carburantes, y una imperiosa necesidad de emitir deuda para financiar nuestros servicios básicos (sanidad, educación, etc..), hipotecando nuestro futuro y el de varias generaciones más. Probablemente la mayoría de las reformas que se están acometiendo ahora sean necesarias y les tenemos que hacer de forma voluntaria u obligados por Europa, pero también hay que predicar con el ejemplo y empezar por  bajarse el sueldo y reducir el número de políticos y por supuesto ir al meollo de la cuestión (los bancos). Seguramente si el ciudadano viera que también se mete mano a todos estos desmanes nos tomaríamos de otra manera los recortes y las reformas.

Se debería fomentar la creación de cooperativas agrícolas, ganaderas y pesqueras para que directamente vendan sus productos sin intermediarios. Que un kilo de tomate pueda costar al consumidor  4 o 5 veces menos de lo que cuesta en el supermercado.  No se puede seguir dando cancha a estos intermediarios buitres, ¡Basta ya de de tanto negocio con la comida y el hambre de mucha gente! 

Cambiar el sistema bancario para que en lugar de ser un negocio sea un servicio, creando si es necesario un banco público para generar prestamos y ayudas a las familias, a los emprendedores y empresas. No se puede permitir las ganancias desproporcionadas de los bancos y de sus consejos de administración, que en la mayoría de los casos superan los 100.000 euros  y que pueden llegar hasta 10 o mas millones de euros al año por cada miembro. Ahora piden ayudas a los gobiernos para sanear sus cuentas, para cubrir posibles impagos de hipotecas y préstamos pero no se bajan sus astronómicos sueldos. Tampoco tienen piedad de las familias que tienen problemas para pagar sus hipotecas, ni siquiera se plantean dejar de ganar un tanto por ciento del total de la deuda. Mi caso, que será muy parecido al de muchas otras personas que con la bonanza económica nos decidimos a comprar una propiedad, es así: yo pedí al banco prestado 120.000 euros para comprarme un apartamento, me prestaron el dinero (100%) y lo tengo que devolver en 35 años, cuando acabe de pagarlo habré pagado 190.000 euros, ¡¡Unos 70.000 euros  de intereses!! No sería más ético que ahora en esta situación que nos encontramos, en lugar de 70.000 ganasen la mitad 35.000 euros. Esta debería ser una de las obligaciones de los bancos colaborar con la sociedad y no ser tan avaricias y egoistas.

Pancartas de los Indignados en la Plaza de Sol - Madrid
Profesionalizar los Ayuntamientos y entidades públicas obligando a renunciar a privilegios que hoy en día están fuera de lugar. Tenemos ejemplos en Lanzarote que son vergonzosos y que imagino que serán iguales en muchos otros lugares de España. En el Ayuntamiento de San Bartolomé, por poner un ejemplo cercano, cada concejal liberado cobra 2.900 euros  más unos 100 euros por asistir a plenos (acaso no está dentro de sus obligaciones el ir a un pleno) tienen un tope de 100 euros al mes de gasto de teléfono móvil, estamos hablando de más de 3.000 euros al mes por concejal, en el caso de la Alcaldesa  la cuantía se eleva a más de 3.500 euros mensuales. Se da la subrealista situación de que un concejal de cualquier ayuntamiento de España cobra más que un bombero, que una profesora o que un médico. Como tenemos la vergüenza de pedir esfuerzo a los contribuyentes y a los propios funcionarios de un ayuntamiento y seguir con esos sueldazos, deberían como mínimo bajarse un 50% el sueldo y aún así, seguirían cobrando una buen cantidad de dinero. Otra cosa son los asesores y el personal de confianza, para que tenemos al personal técnico de un ayuntamiento si después contratan a gente normalmente a dedo, que cobran 40 o 50.000 euros al año. A nivel nacional, un diputado puede ganar más de 5.000 euros al mes entre sueldo, viajes, dietas, ¿Como es posible que esta gente gane más que un médico o que un profesor de universidad? 


La sociedad está cabreada y además de miedo  hay  un sentimiento de indignación, porque los indignados no son solo los de la Plaza Sol, en cada rincón de este país hay un indignado que a su manera protesta, con los amigos, con su familia, con el taxista o con el de la tienda de la esquina y hasta incluso muchas veces, hablando solo.